El jeque espía

MERCADOS

ABRALDES

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Están a punto en Emiratos Árabes Unidos —tan en boga estos días por su más que probable desembarco en Naturgy— de coronar un sueño largamente acariciado: el de que el valor de las empresas que albergan sus bolsas de valores, durante mucho tiempo adormecidas, supere el listón del billón de dólares. Y todo, gracias a la pujanza de la de Abu Dabi.

Y en ese parqué emiratí hay un rey indiscutible: el jeque Tahnoon bin Zayed Al Nahyan (Abu Dabi, 1971). Tanto es así, que el peso que tienen en el principal indicador de aquel mercado, el ADX, las empresas que controla directamente o que están bajo su supervisión se acerca a los dos tercios. Para que se hagan una idea: Inditex, la compañía con más valor del Ibex, tiene un peso del 20 % en el índice.

Amante de las artes marciales y cinturón negro de jiu-jitsu brasileño, se desenvuelve como nadie el jeque en el doble papel que le ha tocado jugar como ministro y empresario en el seno de la monarquía federal que es hoy Emiratos Árabes Unidos, fundada hace más de medio siglo, a partir de siete monarquías absolutas.

Lo suyo es una curiosa e inquietante aleación de negocios multimillonarios y operaciones clandestinas. Y es que, además de dirigir los servicios secretos del país como consejero de Seguridad Nacional que es, preside varios grupos de empresas. El más importante, International Holding Co. (IHC),con inversiones en casi todos los sectores, desde la línea de lencería de Rihanna hasta la SpaceX de Elon Musk. Un conglomerado que tiene sus raíces en una compañía piscícola y cuyo valor se ha multiplicado por más de 400 desde el 2019. Tanto, que ahora roza los 240.000 millones de dólares, más que Walt Disney, por poner solo un ejemplo y no aburrirles con los números.

Así que pocos son los que le hacen sombra a Tahnoon bin Zayed Al Nahyan en la región en lo que a acumulación de poder se refiere.

Hijo del fundador de los Emiratos Árabes Unidos, Zayed bin Sultan Al Nahyan, ha estado envuelto en múltiples polémicas. Bajo sospecha estuvo por estar involucrado en casos de espionaje a usuarios de la red social emiratí ToTok, participada por su grupo de empresas. Tal fue la polvareda que se levantó, que Google y Apple acabaron eliminando la aplicación de sus tiendas. Y eso, ya se sabe, supone la muerte en vida de cualquier app.

En su punto de mira lo colocó también The Wall Street Journal. Una investigación del diario estadounidense destapó que depositaba miles de dólares en una cuenta asociada a la sobrina del presidente sirio Bashar al-Assad, eludiendo así las sanciones de Estados Unidos y la UE.

Ni que decir tiene que el jeque nada en la abundancia. Pero cuantificar su fortuna no es precisamente una tarea fácil. Tal es la amalgama de empresas que maneja, que resulta imposible desenmarañarla. Por no hablar de que la línea que separa en este caso a la familia del Estado no es que sea delgada, es que prácticamente no existe.

A nadie ha de extrañarle,pues, que sea uno de los hombre más buscados de Oriente Medio para hacer negocios. Son muchos los que sueñan con ser invitados a bordo de su lujoso superyate, donde además de jugar al ajedrez mientras disfruta del sol del golfo Pérsico sin desprenderse de sus inseparables gafas de sol, suele cerrar sus milmillonarios tratos.

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