Quince superventas que se devoran año tras año

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Han conseguido vencer la tiranía de lo nuevo y de las modas. Consultamos a 15 editoriales sobre los títulos de su colección editados en el siglo XXI que están llamados a pervivir en la memoria

19 abr 2024 . Actualizado a las 09:04 h.

En una industria tan competitiva donde las novedades mandan, aguantar es uno de los verbos asociados a los libros. Aguantar en las vitrinas y estantes de las librerías, en las páginas de los medios culturales, en las conversaciones entre amigos. Por eso, cuando un título vence la tiranía de lo inmediato, alcanza un estatus inmune al paso del tiempo que garantiza su permanencia, y que en el sector se conoce como longseller.

«Es el sueño de cualquier autor y de cualquier editor», reconoce Ofelia Grande, la directora editorial de Siruela. Su sello está detrás del que es tal vez el mayor fenómeno editorial en nuestro país de los últimos cinco años. En plena pandemia, y después de un tímido debut en el 2019, el boca a boca puso la semilla para que El infinito en un junco despegara como nadie preveía. «No conozco otro caso cercano, que un libro que gana el Premio Nacional de Ensayo llegue a millones de lectores», añade Grande. Con más de un millón de copias vendidas, es un clásico contemporáneo. «¿Qué supone un longseller? Que hemos podido aportar algo a la historia de la literatura, y también tranquilidad económica», remarca.

En Planeta, Raquel Gisbert, responsable del área de Ficción, lo resume así: «Para una editorial es un seguro de vida». Que una obra funcione en el mercado implica un colchón económico, pero eso no es todo. «Es un impulso vital para una editorial. Potencia también todo su catálogo, es como si a través de ellos consiguiéramos ganar en credibilidad ante toda la cadena del libro», explica Santiago Tobón, responsable de Sexto Piso, que destaca dos títulos en su catálogo, Del color de la leche (Nell Leyshon) y Apegos feroces (Vivian Gornick) entre sus últimos superventas. «Llama la atención que, teniendo buenos resultados en el primer año como novedad, en años posteriores incrementaron incluso el número de ejemplares vendidos», remarca Tobón.

También desde otra editorial independiente, Acantilado, inciden en esta premisa: «Un longseller supone un espaldarazo a nuestra manera de hacer. La confianza es fundamental». La utilidad de lo inútil, un bello ensayo filosófico y vital escrito por el recientemente fallecido Nuccio Ordine es el título que escogen: «Cuando trabajamos con textos de esta calidad, tenemos el pálpito que nos dice que merecen ser descubiertos y leídos, y el éxito que alcanzan nos parece una feliz coincidencia que nos confirma que la calidad nunca está reñida con el éxito». Y, para quienes albergan dudas, apuntan desde el sello que dirige Sandra Ollo: «Creemos que los lectores no miran tanto el género como la literatura, el placer de las historias bien contadas y una voz narrativa personal».

Ingresos y prestigio. Dos razones para perseguir estas rara avis para las que solo hay un inconveniente: no hay fórmulas. Aunque suelen ser libros que de una u otra forma cambian algo en la vida de sus lectores, no existe un patrón. «Nunca olvidaré la sensación de asombro a medida que avanzaba en su lectura, en otoño del 2006. Estaba asistiendo a la historia de España a través de la historia de una familia. Sin embargo, dudé de si iba a ser un éxito de ventas, porque era un libro de casi mil páginas. Fueron los libreros quienes confiaron: ''No hay novela larga para los lectores de Almudena''», recuerda así Juan Cerezo, el editor de Tusquets, los primeros pasos de El corazón helado

Fue así como dieron con un clásico. «Todos los libros de Almudena se siguen vendiendo bien, pero este es el título que reeditamos con más regularidad. Seguramente porque es una de las novelas más totalizadoras, y significativas. Una de sus obras cumbre. Y me sorprende que siga conquistando lectores, para los que la extensión no es ningún problema, sino un aliciente», declara Cerezo.

Aunque los thriller parecen el género predilecto, la realidad es reveladora. «La gran mayoría de los longsellers no lo son», dice Joan Tarrida, de Galaxia Gutenberg, que tradujo al castellano a Theodor Kallifatides. «Es esencial. Si nos fijamos bien, las editoriales que han pervivido y han podido hacer un largo recorrido, todas han tenido en algún momento un longseller», añade.

Dar con la tecla de la permanencia implica un riesgo. «La descubridora de esta gran novela fue Silvia Querini, antigua directora literaria de Lumen. La apuesta por Tan poca vida fue arriesgada, desde luego, por su extensión. Mil páginas. Es una novela que te hace llorar (algo extremadamente difícil en literatura) sin acudir al melodrama», indican en Lumen.

Si en unos casos los libreros son el pilar del ascenso de una obra, en el de Kalandraka lo fueron los niños. «A base de contarlles o relato do Coelliño branco a moitos en visitas a escolas, foron eles os que “decidiron” que tiña que converterse nun libro», asegura el editor, Xosé Ballesteros.

A pesar de la diversidad, todos estos títulos pueden tener algo en común. «Creo que lo que comparten es que son fenómenos internacionales. Por lo tanto, deben ser libros universales que no hablen de problemáticas locales, sino de la condición humana», defiende Lola Martínez, editora sénior de Lumen. «Nuestras dudas, inquietudes y pasiones son muy parecidas a las de los demás, y estos libros lo demuestran», coinciden en Acantilado. Desde Sexto Piso, Santiago Tobón completa estos argumentos: «Son lecturas que puedes recomendar a muchos tipos de lectores y a todos nos interpela de alguna forma, nos conmueven, nos emocionan y no nos dejan indiferentes».

Hay otro elemento. «En nuestro caso, es central que sean obras fuera de modas», dice Diego Moreno, editor de Nórdica, donde más del 40 % de sus ventas son de libros de fondo. Tanto es así que un clásico de Fiódor Dostoyevski, Noches blancas, reeditado como libro ilustrado, es su mayor superventas. «Muchos jóvenes lectores se acercan a esta obra buscando una hermosa historia de amor en las calles de San Petersburgo. Esta edición es uno de los grandes éxitos, y de las grandes sorpresas de la editorial», afirma.

Y, aunque en literatura también existe el amor a primera vista, como el que experimentaron en Impedimenta cuando les llegó el texto de El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (con la que descubrieron en España a Tatiana Tibuleac y que va por las 80.000 copias desde el 2017) o en Alfaguara con La paciente silenciosa (Alex Michaelides), «tiene uno de los finales más sorprendentes de la historia del género negro -resalta Ilaria Martinelli, editora de Alfaguara- tuvimos el pálpito inmediatamente», un flechazo no tiene por qué ser sinónimo de acierto. «La cualidad de longseller no es algo que pueda descifrarse de entrada: un editor puede tener un buen feeling pero casi siempre es una sorpresa», considera Silvia Sesé, directora editorial de Anagrama.

Después, están los ingredientes particulares de cada relato. «Seda, de Baricco, es uno de esos títulos que sigue interesando a las nuevas generaciones de lectores. Tiene algo de historia antes de la Historia y en esa eternidad de lo que cuenta radica, yo diría, su éxito», sostiene Silvia Sesé.

«Un longseller guarda un golpe de emoción que no tienen otras novelas que pueden tener una prosa excelente», piensa Raquel Gisbert, de Planeta. «Dicen de A sangre y fuego que está escrito en carne viva. Seguramente tal compromiso lo mantiene y mantendrá vigente y vivo. Seña de ello es que Juan Antonio Bayona y Rodrigo Sorogoyen tienen en mente adaptar próximamente su obra al cine y la televisión, respectivamente», concluyen desde Asteroide, donde le han dado una segunda vida al libro que Chaves Nogales escribió hace casi un siglo, demostrando que lo bueno permanece.