La gran «boda» de los mayores de O Son

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

No faltaron ni el marisco ni el baile en la comida de confraternidad organizada por el Concello para los vecinos que superan los 65

02 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Como si de una gran boda se tratase, pero de las buenas, en las que se sirve marisco a espuertas, los mayores de Porto do Son disfrutaron en su comida de confraternidad de un menú compuesto por dos tipos de crustáceos, pescado y carne. No faltó tampoco el baile y hubo hasta un regalo para todos los comensales. Con estos ingredientes no es de extrañar que los asistentes abandonasen la carpa situada en la explanada portuaria más que satisfechos.

La jornada arrancó, como es tradición, con una misa en la iglesia parroquial de San Vicente de Noal, y luego la comitiva se trasladó hasta la carpa para dar buena cuenta de cigalas, camarones, merluza y carne que habían preparado para ellos. Con buen humor, los participantes se fueron acomodando en torno a las mesas y comenzaron los brindis en los que unos y otros se emplazaban a verse de nuevo en el mismo escenario dentro de un año.

Por el Concello no quedará, ya que en su aplaudida intervención el alcalde, Luis Oujo, confirmó que «mentres eu estea aquí non deixaremos de organizar esta xuntanza de confraternidade». El regidor también recordó lo merecido de esta particular homenaje a los mayores del municipio como agradecimiento por su incansable trabajo durante años.

Jornada animada

En el turno de discursos también hablaron el concejal de Benestar Social, José Luis Lijó, y el gerente del Consorcio Galego de Igualdade e Benestar, Perfecto Rodríguez, quien destacó la importancia de este tipo de celebraciones porque «permiten ás persoas maiores desfrutar dunha xornada de lecer». Para finalizar, animó a los asistentes a participar en alguno de los programas de envejecimiento activo que ofrece la Xunta de Galicia.

Hacia las seis de la tarde los 750 asistentes ya habían despachado el menú y se disponían a iniciar un animado baile que estuvo amenizado por Geno DJ. Porque aunque uno supere los 65 años, sigue siendo joven de espíritu, y eso demostraron los vecinos que abarrotaron la carpa instalada en los jardines de la zona portuaria. Hacia las ocho tocó volver a casa, y los asistentes lo hicieron llevando bajo el brazo un regalo cortesía de la cofradía de Portosín con la colaboración del Concello y la Xunta. Cada comensal recibió un estuche de conservas artesanales realizadas en Porto do Son con sardinas con la marca Azul de Portosín.