«Si las agencias que evalúan riesgos tuvieran ética...»

Lara Fernández Baldomir

ECONOMÍA

21 abr 2008 . Actualizado a las 19:05 h.

Leopoldo Abadía tiene 12 hijos y 35 nietos, es ingeniero industrial, fue profesor del IESE durante 31 cursos y a sus 75 años, sin haberlo buscado, está en boca de miles de personas gracias a su didáctica explicación sobre la actual crisis financiera. Ha escrito un diccionario ?inicialmente personal? que una vez divulgado vía Internet se ha convertido en referencia para quienes desean conocer qué ocurre y cuál puede ser el destino de sus ahorros.

-¿Cómo se le ocurrió elaborar su texto de análisis?

-Era para mi uso personal. ¡Yo no sé de economía!, por eso escribo desde hace tres años un diccionario de términos, como subprime, y con la crisis hice lo mismo. No la entendía y fui escribiendo todo. Envié el texto a un par de amigos y, emocionados por haberlo entendido, se lo mandaron a otros, hasta que llegó a alguien que tenía un blog y lo publicó sin saber quién era el autor. Y el primer día tuvo 7.000 visitas; entonces, uno de mis hijos le dijo que era mío. Dos días después me llamaron de Estados Unidos para felicitarme.

-¿Se puede afirmar que, si las agencias que evalúan riesgos hubieran tenido ética, no habría habido crisis?

-Se puede y se debe decir. Yo creo que solo existe la ética personal. Si un trabajador es infiel a su mujer, yo tampoco me fío de él: ¿por qué me va a ser leal a mí? Algunos califican todo esto como una gran estafa, y eso pienso que es. El hecho de la globalización es maravilloso, pero tiene un inconveniente: ya no se puede observar sin miedo lo que hacen los americanos porque todo repercute en tu pueblo. Ingresas la nómina y en diez minutos el dinero puede estar en Chicago o en Singapur.

-¿No hay legislaciones que limiten ciertas alegrías?, ¿cree que desaparecerán los «magos financieros»?

-Por lo que se ve, no existen esas leyes. Ahora parece que han prohibido crear más productos financieros. Lo que debería haberse hecho es pagar los incentivos a esos magos con sus propios inventos, porque lo que no es justo es que inventen algo, te lo vendan, tú te hundas y ellos ganen. No, no creo que desaparezcan.

-En su explicación, habla del proyecto «Línea de Vida», el plan que baraja la Casa Blanca y que consiste en ampliar los plazos a los «ninjas» para que paguen; en su opinión, ¿se conseguiría algo más que retrasar el desastre?

-Los americanos pretenden darles un respiro a los ninjas [compradores con escasos ingresos] para que vayan pagando, pero no te fíes porque esos endeudados nunca fueron propietarios, les pagaron vacaciones, coche y buena vida y si no pueden pagar la casa no la pagan, se quedan como antes y que les quiten lo bailado.

-¿No sería más práctico dejar que se ejecuten las hipotecas, que los bancos recuperasen las casas, las vendieran y reparar de alguna manera el mal causado? Los «ninjas» se quedarían en la calle, pero sería más sencillo arbitrar una solución para unas miles de personas que para la economía mundial, ¿no cree?

-Es verdad. Pero resulta que como el sector inmobiliario ha pegado un bajón, los bancos, al vender esas casas, deberían afrontar unas pérdidas que están tratando de evitar por todos los medios. Aunque hay grandes, como la Unión de Bancos Suizos o Citigroup que ya lo han hecho y han asumido unas pérdidas desorbitadas que ni siquiera creo que sean cifras definitivas.

-¿Hay bancos españoles en situación similar?

-Ninguno ha reconocido haber caído en la trampa. Lo que pasa es que los bancos españoles, en vez de dar hipotecas basura a los ninjas dieron créditos a los constructores. De todas formas, las pérdidas serán menores gracias al Banco de España, que obligó a hacer elevadas provisiones, así que podrán pagarlas y punto.

-Usted ha comentado que los fondos soberanos están invirtiendo en esos bancos hundidos, ¿por qué?

-Son fondos de inversión públicos de países emergentes, casi todos gracias a los hidrocarburos, como algunos países asiáticos y Rusia. Y no es que inviertan, sino que compran a precio de saldo bancos que han tenido elevadas pérdidas. Hay países emergentes que ya son propietarios de bancos en Norteamérica.

-¿Considera más preocupante esta situación que el crac de Wall Street en 1929?

-Sí, porque ahora ningún inversor o bróker se tira por la ventana, pero los problemas y las crisis son de ámbito mundial.